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Fueron y ya no son: los «ex»

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Fueron y ya no son.

Son los "ex". ¿Ex ministros? o ¿exministros?

La prensa viene bien surtida estos días de nombramientos en la Administración, con motivo del cambio de Gobierno en España. También de continuas referencias a los cargos de los que fueron y ya no son. Es decir, los ex.

Pero el baile de cargos no se refleja igual en unos u otros medios escritos. Por ejemplo, en Abc leo ex ministra de Defensa, cuando en El país me encuentro con exministro de Educación o exministra de Ciencia e Innovación. Si al prefijo ex le sigue un nombre compuesto parece que hay más unanimidad: ex secretario de Estado de Cooperación Territorial (Abc), o ex secretarios de Estado (El país); o ex directora general de Instituciones Penitenciarias (publico.es), aunque exSecretario de Estado para el Deporte (Deia).

Bien, como parece que hay un poco de lío, consulto en el oráculo de Google y me sale así: ex ministro, 97 millones de resultados; exministro, 2,5 millones de resultados (supongo que va incluido aquí lo de exMinistro). Y por otra parte, Word no me deja escribir exministro (me lo cambia por ex ministro).

El pitote lo ha montado la Real Academia Española (RAE), que ha cambiado de criterio en su Ortografía de la lengua española (OLE10). Antes, separado; ahora, junto «con sustantivos que denotan ocupaciones, cargos, relaciones o parentescos alterables«, siempre y cuando la base sea una sola palabra (exjugador, expresidente, exnoviaexyerno). Si la base es pluriverbal (más de una palabra), se mantiene separado (ex alto cargo, ex teniente coronel, ex secretario de Estado). Lo de exSecretario de Estado, lo mismo que exMinistro, es directamente una falta de ortografía. Cuando el prefijo ex antecede a otro prefijo ya soldado (vicerrector, vicepresidente), se suelda igualmente (exvicerrector, exvicepresidente).

Pero no puedo terminar este post sin hacer una referencia a las discrepancias públicas (numerosas) sobre esta norma que nos ha cambiado la RAE. Por ejemplo, nos encontramos con la propuesta de exsuegra (OLE10: 538), un disparate ortográfico, según el también académico Javier Marías, quien nos recuerda (Dos postdatas, en El país semanal) que la x engloba dos sonidos en nuestra lengua: k+s (exudar/eksudar, eximio/eksimio) y ahora nos podemos encontrar con exsacerdote/ekssacerdote o exsoldado/ekssoldado. O exxenófobo/eksksenófobo (!).

También Martínez de Sousa (La ortografía académica del 2010: cara y dorso, p. 13) asegura que no hará excepciones con la base pluriverbal (así escribirá exguardia civil y no ex guardia civil, como quiere la Academia).

Pero que no se asuste nadie. Todo sea, RAE dixit, «en aras de una mayor coherencia del sistema ortográfico» (OLE10: 538).

Una enmienda de la RAE a la reforma constitucional

RAE y Constitución

La única enmienda aprobada en la reforma constitucional fue la de la Real Academia. (Ilustración: OpenClipArt).

Aunque ya ha pasado un mes largo no me resisto a traer aquí lo que fue algo más que una anécdota en la reforma constitucional del final de esta legislatura. Recordará el lector la intensidad de los debates, dentro y fuera del Congreso de los Diputados, a propósito de la modificación del artículo 135 de nuestra Constitución en los últimos días de agosto y principios de septiembre. PP, PSOE y UPN, de acuerdo frente al resto de los grupos parlamentarios. Para unos, la «sostenibilidad del Estado del Bienestar» obligaba a la reforma. Otros se consideraban «expulsados del consenso constitucional«. Desde Bruselas se nos imponía una reforma exprés, que tenía que estar resuelta antes de que terminase la legislatura.

Bien, pues para que quede constancia en este Blog, la única enmienda que pasó fue la de la Real Academia Española (RAE). Según la proposición del PSOE y del PP, en el artículo 135.3, tercer párrafo, decía: «[…] en relación al producto interior bruto del Estado…». Resulta que el DPD no acepta esta locución, pues considera que es un cruce erróneo de «en relación con» y «con relación a«. Ambas significan «a propósito de» o «en comparación con«. La Fundación del Español Urgente Fundéu BBVA lo explica así:

La forma correcta en español es en relación con. Así pues, es incorrecto el siguiente ejemplo: «Fue detenido por la policía *en relación a unas acusaciones de agresión sexual».

También es válida la expresión con relación a: «Difunden recomendaciones con relación a la meningitis».

El texto definitivo en ese párrafo revisado fue: «[…] en relación con el producto interior bruto del Estado…».

Y no hubo más enmiendas.


					

Primer aniversario

Autor: Ryanlerch

Este blog cumple hoy, cuando comienza el otoño, un año de servicio. El 23 de septiembre de 2010 se estrenaba con el post Adjunto remito, de tan larga tradición en el lenguaje administrativo. En este tiempo he publicado 35 entradas y el blog ha recibido cerca de 12.000 visitas. Hay cincuenta suscriptores que reciben las alertas de publicación por correo electrónico. Para llegar hasta el blog, los internautas teclearon en los buscadores hasta setecientas veces lenguaje administrativo y hasta casi doscientas, adjunto remito.

En cuanto al origen, aparte de España, el país desde donde se conectaron más fue Argentina, seguido de Perú, México, Colombia, Guatemala, Puerto Rico, Portugal y Brasil, entre los iberoamericanos. Hay también entradas desde el Reino Unido, Estados Unidos y ¡Japón!

Forzoso aquí es dar las gracias a quienes han enlazado este blog desde sus páginas web, porque ellos han contribuido, con su recomendación cualificada, a una mayor difusión:

http://elogiemosahorareportajesfamosos.blogspot.com/ (gracias, Rosa).

http://www.fernandezbeltran.es/ (gracias, Paco)

http://thespanishstuff.wordpress.com/author/thespanishstuff/ (gracias, Sara)

Y también:

http://gutielez.wordpress.com/2011/03/22/contra-la-afectacion-del-lenguaje-juridico/

http://www.delicious.com/carla1980/lenguaje_administrativo

Gracias igualmente al foro de apunteros de la Fundeu, llevado con tanto arte y eficacia por Alberto Gómez Font y Javier Bezos. Ellos son una fuente de primera mano para lo que aquí aparece.

Hay otros muchos nombres, compañeros, amigos… que han participado y participan contribuyendo a su difusión, con sus buenos consejos, con su apoyo y sus comentarios. A todos ellos, gracias. Y gracias también, muy especialmente, a quien más me animó a lanzarlo, Antonio, compañero mío, periodista.

Este blog no se puso en marcha para agradar a nadie. Tampoco para buscar la polémica, aunque, desde luego, no pretendo rehuirla. Y ahí está nuestro lema, el de todos los que lo hacemos (también tú, amigo lector): Contra el lenguaje oscuro, contra el lenguaje recargado y espeso. Por un lenguaje claro.

Ahí estamos.

Ambigüedad o precisión: cuando falta el artículo

Sin el artículo, el sustantivo al que debería acompañar adquiere un matiz genérico: "Modificación del procedimiento abierto".

Sin el artículo, el sustantivo al que debería acompañar adquiere un matiz genérico: «Modificación del procedimiento abierto».

Tiro de archivo y me encuentro con un anuncio de AENA.  Lo primero que me ha saltado a la vista es ese titulillo: Modificación procedimiento abierto. ¡Falta el artículo! Modificación del procedimiento abierto. Podría, incluso, tratarse de una errata. Pero me temo que no. Dice el Manual de estilo del lenguaje administrativo (1997: 77):

…consideramos la omisión generalizada del artículo como una de las características más sobresalientes del lenguaje administrativo.

Y, entre otros, nos pone los siguientes ejemplos (lo que va entre corchetes no aparece en el original):

Con artículo o sin artículo, no es lo mismo (ilustración Bayuela).

Con artículo o sin artículo, no es lo mismo (ilustración Bayuela).

  • Deberá remitirse a esta Jefatura [el] justificante…
  • Le remito [la] copia de la resolución…
  • Para cumplir [la] sanción de suspensión…
  • Se acompaña [el] original del Acta…
  • Remitiendo [la] nota de cargo a esta Tesorería…
  • Remitir [el] importe por giro postal…

El problema aquí es de incorrección gramatical (es necesario el artículo cuando presenta al sujeto o al complemento directo), pero es tan frecuente en el lenguaje administrativo que casi es más chocante encontrarnos el artículo. Sin el artículo, el sustantivo al que debería acompañar adquiere un matiz genérico. Modificación procedimiento es cualquier procedimiento; Modificación del procedimiento abierto es un procedimiento concreto. Es decir, que sin el artículo tendemos a la ambigüedad y con el artículo estamos más cerca de la precisión en lo escrito. Es lo mismo, por ejemplo, que remito informe (¿qué informe?), o se solicita copia (¿qué copia?).

Esta joyita de anuncio trae otras perlas (lo siento, no me resisto), como: Comunicación de empresas prepresentadas [sic] a partir del día 11 de julio de 2011. ¡Hala! Sin comas ni nada. Pues tal y como va se refiere a ¿las? empresas que se presenten a partir del 11 de julio. Pero supongo que en realidad habla de que las empresas que se hayan presentado a esta convocatoria tendrán respuesta a su solicitud a partir del 11 de julio. Lo que se podría haber redactado así: Las empresas que se hayan presentado dispondrán de la oportuna comunicación a partir del 11 de julio de 2011. Bueno, solo es una posibilidad.

La AEAT, un galicismo y otras minucias

Subastas a celebrar

La AEAT anuncia subastas

Ando (andamos todos) estos días a vueltas con la declaración de la renta. A unos nos sale a pagar (todavía más) y a otros, a devolver. Ando en estas, ya digo, cuando me encuentro en la prensa el anuncio que aquí traigo.

La AEAT (deduzco por el contexto que se trata de la llamada Agencia Estatal de Administración Tributaria) publica un aviso bien cargadito de mayúsculas (facilitar la legibilidad, se llama eso) para hacer saber a los ciudadanos (nosotros) que el día 15 de junio se van a celebrar unas subastas (deduzco por el contexto que se trata de bienes). Con mi agudeza visual observo que repite dos veces la palabra pujas (¿pobreza de vocabulario, quizá?) en un texto que suma veintidós palabras, donde no encontrarás una coma o un punto y donde sí echarás en falta algún acento (p.e., en la dirección: *GUZMAN EL BUENO).

Pero no, en esta ocasión yo no iba por ahí. Una vez más, lo que ha llamado mi atención ha sido el titular: Subastas a celebrar el 15 de junio de 2011. Dice la Nueva gramática de la lengua española (2009) que la construcción a + infinitivo transitivo […] «se propagó con mayor intensidad en el siglo XIX por influencia del francés, en especial con sustantivos abstractos» (apartado 26.6l). Y pone, entre otros, los siguientes ejemplos: dinero a repartir, política a seguir, errores a corregir, cuestiones a resolver, reunión a celebrar… Y remata: «A pesar de su extensión, posee escaso prestigio en el español actual». Por fin, nos recomienda sustituir esa a por otras preposiciones: cuestiones por resolver, asuntos para tratar

El Manual de estilo de lenguaje administrativo (1997: 97) nos dice que “la lengua común y el lenguaje administrativo tienden a utilizar frecuentemente el giro compuesto nombre + a + infinitivo: documentos a presentar, procedimiento a seguir, cuotas a compensar…”. Lo que aquí se expresa es que el sustantivo ha de recibir la acción enunciada por el infinitivo (documentos que han de ser presentados).

Luciana Calvo Ramos, en su Introducción al estudio del lenguaje administrativo (1980: 65) considera esta construcción un galicismo sintáctico: concurso a convocar, parcelas a ocupar, elementos a importar

En nuestro caso, y por ir rematando, la solución a este titular, poco o casi nada meditado, podría ser:

  • Subastas para celebrar el 15 de junio
  • Subastas que hay que celebrar
  • Subastas que se celebrarán

En mi descargo (ver más arriba), recordaré que el académico Manuel Seco en su Diccionario de dudas (2005) aconseja dejar esta construcción para usos bancarios, comerciales y contables: total a pagar, efectos a cobrar, cantidades a deducir.

Y ahora pido perdón a quien haya llegado hasta aquí en su lectura por haberme puesto tan pedante. Pero ¡qué a gusto me he quedado con la AEAT!

No antes de… ¡previo aviso!

Cartel que avisa no es traidor

Un aviso es un anuncio y también una advertencia que conviene tener en cuenta (DRAE). Este cartel nos avisa o nos advierte de que la biblioteca está cerrada (no podrá utilizarse). Y nos anuncia que va a ser así «hasta ¿previo? aviso». Hasta es un adverbio de tiempo que significa «no antes de» (DRAE). ¿No antes de previo aviso? Difícil me lo ponéis, amigo Sancho…

Hecha la oportuna consulta a la Real Academia Española (RAE), me contestan así:

El adjetivo previo suele anteceder a aviso para indicar que avisar de algo es requisito previo para poder realizarlo; por ejemplo: «Esta sala de lectura no podrá utilizarse sin previo aviso» indicaría que quien necesite utilizar la biblioteca debe advertirlo primero a quien corresponda, y también, en enunciados negativos, para indicar que no se ha avisado de algo que iba a suceder, y generalmente ha generado sorpresa en los afectados: «Han cambiado la hora de la reunión sin previo aviso«. En el enunciado que usted propone, no tiene mucho sentido la inclusión de previo delante de aviso.

Así pues, la propuesta correcta sería: «Esta sala de lectura no podrá utilizarse hasta nuevo aviso (o hasta próximo aviso)», indicando que la situación actual de la sala (su cierre) se mantendrá hasta que se avise de lo contrario.

Ordeno y mando

Ordeno y mando

Educación y buenas maneras siempre son exigibles en los mensajes de la Administración.

¿En qué estaría pensando el redactor de este cartel? Casi da miedo.

Si alguien se ha visto a sí mismo revestido de autoridad, de la autoridad, para escribir en términos conminatorios, como los que aquí aparecen, aviados vamos. Este cartel, cuya imagen me envía amablemente un compañero de la Universidad Complutense de Madrid, tiene carácter de documento interno, en tanto que aviso y dirigido a personal administrativo. El detalle, demasiado obvio, es que el redactor se ha olvidado de la educación y las buenas formas. Elementos siempre obligados y que no hay que confundir con familiaridades o con expresiones coloquiales.

Tras el enunciado, Cambio de contraseñas, se nos lanza el mensaje:

Se va a proceder a obligar a todos los usuarios a cambiar de contraseña.

Un aviso que encierra un mensaje mal escrito y excesivo. Dos infinitivos encadenados, el uso innecesario de todo en mayúsculas y un tono brutalmente imperativo. Si el redactor tenía prisa y le ha salido así, malo, porque tiene obligación de revisar lo escrito. Y si el emisor del mensaje piensa que su autoridad no es cuestionable y en este caso no proceden medias tintas, ha olvidado que su condición de servidor público le obliga, a él sí, a la amabilidad y la buena educación.

¿No hubiera sido mejor una redacción bajo el enunciado parecida a ésta?:

Con el fin de mejorar la seguridad de los equipos informáticos se cambiarán las contraseñas de acceso a partir del día tal. Recomendamos un mínimo de seis caracteres (letras y números). No será posible mantener las actuales.

El corte de la imagen, por abajo, no permite ver quién firma este despropósito. Pero no sería nada de extrañar que apareciese así, en mayúsculas:

L’AUTORIDÁ COMPETENTE.

La misma con el mismo

Su consumo por los mismos

Los menores de 18 años son «los mismos».

El texto, en una hoja DIN A4, situada en la pared tras de la barra de bares y cafeterías en la Comunidad de Madrid, reza como sigue:

Se prohíbe la venta y suministro de bebidas alcohólicas a menores de 18 años y su consumo por los mismos. (Artículo 30.2 de la Ley 5/2002, de 27 de junio, sobre Drogodependencias y otros trastornos adictivos).

Estamos ante el uso abusivo de una palabra que expresa repetición (forma anafórica), que vuelve sobre algo ya dicho. El mismo o la misma es un adjetivo que se sitúa normalmente entre el artículo o el determinante y el sustantivo al que modifica: el mismo día, esta misma semana… Pero también puede sustantivarse (DPD) y, en ese caso, mantiene los sentidos de identidad y de igualdad o semejanza que le son propios: Sus ideas reformistas solo cambian de posición, pero son las mismas (Vitier Sol [Cuba 1975]).

En el lenguaje administrativo su uso sustantivo es frecuente, y casi siempre innecesario, pero también en el lenguaje político y el periodístico. En el DPD se desaconseja su empleo «como mero elemento anafórico, esto es, como elemento vacío de sentido cuya única función es recuperar otro elemento del discurso ya mencionado». Convierte el mensaje en algo lento y pesado de leer, puesto que es una forma redundante. Así, en la frase los acuerdos serán firmados por el titular del órgano o el representante de la entidad que suscriba los mismos, se debió escribir mejor: Los acuerdos serán firmados por el titular del órgano o el representante de la entidad que los suscriba. Es decir, que lo recomendable es sustituir mismo(s) por un demostrativo, un posesivo o un pronombre personal, según convenga.

En el caso que nos ocupa, bastaba con esta redacción:

Prohibida la venta y el suministro de bebidas alcohólicas a los menores de 18 años.

Lo del consumo, que aparece en el texto original, se entiende que es en el local donde se cuelga el cartel de marras.

También hay otra opción, por ejemplo:

Está prohibida la adquisición y el consumo de bebidas alcohólicas por los menores de 18 años en este establecimiento.

El maestro Lázaro Carreter, en El dardo en la palabra (1997: 310-313), nos trasladaba este diálogo para besugos:

—Juraría que me había echado las llaves al bolsillo de la chaqueta, pero no llevo las mismas en el mismo.

—¿Te has mirado en el pantalón? Puedes llevarlas en los bolsillos del mismo.

—No, no llevo las mismas en los mismos. Al salir de casa habré dejado las mismas sobre algún mueble de la misma, mientras sacaba el abrigo y me ponía el mismo.

—Tendrás que llamar al cerrajero para que abra la puerta.

—Sí, aquí tengo el teléfono del mismo. Nos cambió la cerradura de la misma hace poco, y conocerá la misma

Pues eso.

El crecimiento [del empleo] y el procedimiento de reconocimiento

Ojos locos

¿Existe el lenguaje obtuso? No lo sé. Pero yo diría que aquí tenemos una muestra. (Ilustración: OpenClipArt).

Gobierno, sindicatos y empresarios acaban de pactar una reforma que alarga la vida laboral de los trabajadores. El texto del documento se recoge en el Acuerdo Social y Económico para el crecimiento, el empleo y la garantía de las pensiones que firmaron el miércoles en La Moncloa junto a Rodríguez Zapatero, el ministro de Trabajo, los líderes sindicales de CC.OO. y UGT, y los presidentes de CEOE y Cepyme (grandes y pequeñas empresas). La trascendencia y contextualización de este acuerdo la tiene el lector en publicaciones digitales, audiovisuales y convencionales. Yo simplemente he querido traer al blog algunas perlas (no todas, por favor) de ese lenguaje obtuso con que quienes redactan documentos oficiales se empeñan en castigar al ciudadano (señoras y señores de a pie, contribuyentes, al fin y al cabo, todos).

Lenguaje guerrero con paronomasia y rima interna:

Con este objetivo, se hace necesario actuar con decisión y convicción avanzando simultáneamente en varios frentes para lograr alcanzar los objetivos señalados (p. 4, 5º párrafo).

Expresiones vacías:

La apuesta común se orienta a subrayar el protagonismo de una política industrial moderna, competitiva y que incorpore tecnologías, innovación y personal cualificado, con vistas a establecer una estrategia que mejore las condiciones en las que se desenvuelve la actividad industrial (p. 5 3er. párrafo).

Concisión, por favor. ¿Por qué no se nos explica en el párrafo que sigue a quién exactamente se refiere el redactor? ¿Productores? ¿Distribuidores?

Todos los agentes implicados en el proceso de determinación de los precios deben asumir su responsabilidad para evitar desviaciones al alza… (p. 5, 5º párrafo).

Más rimas internas y más expresiones vacías:

La reforma de la sostenibilidad del sistema pasará además por reforzar su universalidad a través de los sistemas complementarios (p. 6, 4º párrafo).

Concisión, por favor. Sobra lo tachado por mí:

Es preciso seguir avanzando hacia un crecimiento económico robusto que se traduzca en un nivel de creación de empleo capaz de reducir el número de personas desempleadas (p. 18, 1er. párrafo).

Claridad, por favor. Pobreza de vocabulario:

Las partes acuerdan una reforma de las políticas activas de empleo que contribuya a la mejora del mercado de trabajo y a la mayor empleabilidad de quienes buscan su empleo (p. 18, 2º párrafo).

Longitud desmesurada del párrafo. Son 76 palabras sin un punto y seguido,  para decirnos que quienes acrediten experiencia sin estudios específicos podrán tener su título de FP. Aderezado con alguna rima interna:

[Las partes firmantes acuerdan]: Incrementar la oferta de plazas de formación profesional en el sistema educativo dirigidas a los sectores con mayores posibilidades de crecimiento del empleo y convocar el procedimiento de reconocimiento de las competencias profesionales adquiridas a través de la experiencia laboral especialmente dirigido a la población que hoy se encuentra en paro y no tiene ninguna cualificación reconocida, para posteriormente ofrecerles la formación complementaria que necesitan para obtener un título de formación profesional o un certificado de profesionalidad (p. 22, penúltimo párrafo).

Se suponía que este era un texto para celebrar (los que salían ayer en la foto se mostraban muy contentos). Pero a nosotros se nos pone cara de póquer.

Caricatura no sexista

Circula por la Red una solicitud de ayudas del Ayuntamiento de Madrid supuestamente escrita en lenguaje no sexista. Cuesta creer que, con algo de lo que todavía nuestros mayores llamarían sensatez, se puedan escribir cosas del tipo:

No deberá presentarlo si el/la otro/otra progenitor/a es trabajador/a municipal, o aquellos empleados que no tengan incluido en la Declaración de la Unidad Familiar al/a la otro/a progenitor/a del/de la niño/a para el/la que se pide la ayuda siempre y cuando el/la niño/a conviva con el/la solicitante y el/la otro/a progenitor/a no viva en el domicilio familiar.

Pareja retocada

Ciertos excesos en el lenguaje no sexista conducen a la oscuridad del mensaje y al rechazo. (Ilustración: OpenClipArt).

¿Cómo se te queda la cara, amigo lector? Si no es una broma pesada, es para echarse a temblar. Pero a nosotros nos sirve como ejercicio. Podría, muy bien, quedar redactado así:

No deberá presentarlo [el certificado que se especifica] si el otro progenitor es trabajador municipal. Si el otro progenitor no está incluido en la Declaración de la Unidad Familiar y vive fuera del domicilio del solicitante, tampoco deberá presentar certificado, siempre y cuando el niño o la niña para el que se pide la ayuda conviva con el empleado municipal.

Progenitor, trabajador, empleado, son masculinos genéricos, cuyo uso aquí no implica discriminación lingüística sexista. El uso del doblete mediante barras hay que evitarlo, de no ser en formularios abiertos, pues entorpece la lectura. Y sin embargo, el desdoblamiento en el caso del «niño o la niña» está plenamente justificado, para evitar que se pueda interpretar como sujeto del beneficio de la ayuda solo al niño (y no a la niña).

El lenguaje administrativo requiere claridad. El ejemplo que aquí traigo es una caricatura, que sirve para entender muy bien lo que no hay que hacer para evitar el sexismo lingüístico.

Ya está aquí, ya llegó, la nueva Ortografía

Manos dibujando Escher

Ilustración: M.C. Escher.

Aunque este es un blog de lenguaje administrativo, también lo es de buen uso del español. Hoy es el primer día de circulación de la Ortografía de la lengua española. Así que podemos gritar: ¡la Ortografía (1999) ha muerto!; ¡viva la Ortografía (2010)!

Para divertimento de los lectores de este blog, copio-pego un comentario en la Red del escritor mexicano Agustín Monsreal:

Pues (o será si), es cierto, como diría el célebre (o celebre) testarudo, que no se puede confundir revólver con revolver, pero (otra vez sera si), sin ofender a dicho testarudo, la pérdida de su madre con la perdida de su etcétera, frase famosa para demostrar que con los acentos no se juega, como ocurre también con mendigo y méndigo.

Y tampoco es lo mismo, por ejemplo: sólo te mueres y ya/  solo te mueres y ya; ni tampoco: voy a tomar sólo un vaso de vino/ voy a tomar solo un vaso de vino; ni tampoco: sólo llegó a la casa/ solo llegó a la casa; ni tampoco: discute sólo del acento/ discute solo del acento.

¿Cambia o no cambia el sentido de lo que se dice?  Claro que suena igual, pero no quiere decir lo mismo, y para eso en la lengua escrita existe el acento ortográfico, lo que demuestra que el acento en solo es sólo cosa de sentido común. ¿Y qué (que) queda si le quitamos el acento a académicos?, pues acade-micos.

Del blog de Fernando Valls.

P.D.: El diario ABC de Madrid publicaba en su edición en papel del 30 de noviembre de 2014 el significativo reportaje Sólo/solo. La tilde que enfrenta a la RAE con los escritores. Muy recomendable.