Razones de respeto

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Little King

Los sustantivos que designan dignidades y cargos deben ir en minúscula. (Ilustración: The Little King, de Otto Soglow).

En la Administración es costumbre que los títulos y cargos vayan siempre en mayúscula inicial. Así: el Rey, la Reina, el Papa, Presidente, Ministro, Secretario de Estado, Director General, Rector, etcétera. Sin embargo, lo habitual fuera del ámbito público, es que los cargos se escriban en minúscula y las instituciones, con mayúscula: «El presidente del Congreso conversa en el hemiciclo con el presidente del Gobierno«. La nueva Ortografía recomienda cambiar la costumbre administrativa (4.2.4.1.6) para que títulos y cargos se escriban con minúscula.

Aunque, por razones de solemnidad y respeto, se acostumbra a escribir con mayúscula inicial los nombres que designan cargos o títulos de cierta categoría en textos jurídicos, administrativos y protocolarios, así como en el encabezamiento de las cartas dirigidas a las personas que los ocupan u ostentan, se recomienda acomodarlos también en estos contextos a la norma general y escribirlos con minúscula.

Deben ir con minúscula, por tanto, los sustantivos que designan títulos nobiliarios, dignidades y cargos (ya sean civiles, militares, religiosos, públicos o privados), así se trate del mismísimo rey, de la reina o del papa.

Lo mismo ocurre con los tratamientos (4.2.4.1.5), tanto los que preceden al nombre propio (don, doña, fray, sor, santo/-a), como los que pueden utilizarse sin él (usted, señor/-a, doctor/-a, licenciado/-a, excelencia, señoría, reverendo/-a, etcétera).

Aunque en el pasado se han escrito habitualmente con mayúscula inicial por motivos de respeto, práctica que aún pervive en documentos oficiales y textos administrativos, todos ellos son adjetivos o nombres comunes, por lo que no hay razón lingüística para escribirlos con mayúscula«.

La indicación se suaviza, no obstante, si se trata de las más altas dignidades (su santidad, su majestad, su excelencia): «La mayúscula inicial es admisible solo si el tratamiento no va seguido del nombre propio de la persona a la que se refiere». Por ejemplo: «La recepción a Su Santidad será en el palacio arzobispal«. Pero: «La recepción a su santidad Benedicto XVI será en el palacio arzobispal«.

La sesión, dirigida por su majestad el rey Felipe VI, ha contado con la presencia del ministro de Educación…

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